lunes, 4 de febrero de 2008

Metodología

Metodología. Precisando un camino útil

FICHA

Hacia la Asamblea Ciudadana regional de 2010
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Como parte del desarrollo del proceso de nuestra Asamblea Regional de Ciudadanos/as del Cono Sur, se entrega esta ficha sobre “Metodología”. Se trata de un insumo a ser permanentemente revisado y corregido por el desarrollo mismo de los encuentros y reflexiones. Busca aportar en forma sencilla y útil a la sistematización y aprovechamiento de las discusiones de la Asamblea, partiendo de la reflexión del acumulado de experiencias individuales y colectivas, locales, nacionales y regionales.


I.- OBJETIVO

La construcción de una “Sociedad Civil Regional” —hasta ahora ausente o insuficientemente organizada— es una necesidad de una nueva Gobernanza regional justa y armónica en lo social y en lo ambiental. Al ser ese el objetivo central de nuestro proceso de Asamblea Regional de Ciudadanos/as, resulta imperioso dotarnos de un método para lograrlo.

Es preciso desarrollar una serie de criterios, pasos y normas para sistematizar los debates y propuestas de la Asamblea. El proceso mismo de construirnos como “Sociedad civil” —como “Ciudadanía” reflexiva, activa y protagónica— implica construirnos como productores de conocimiento, de relaciones y de prácticas que deben recopilarse y organizarse.


II.- PALABRAS CLAVES

La metodología debe estar condicionada a los objetivos que buscamos. En este sentido existen “Palabras Claves” que deben estar permanentemente presentes en el desarrollo de todas nuestras actividades y reflexiones: “Reflexión”, “Seriedad”, “Participación”, “Unidad en la diversidad”, “Complementariedad de la diferencia”, “Capacidad de aprender”, “Proceso”, “Acumulación útil”. Estas “Palabras claves” se determinan mutuamente unas a otras y conforman un verdadero “programa”, tanto a nivel ético como en lo referido al conocimiento.

Reflexión, Seriedad

La crisis actual no es sólo crisis del moderno sistema capitalista, es una crisis de la civilización moderna occidental hegemónica. Este trance implica todo un modo de mirar y entender el mundo. Esta verdad para nosotros fundamental nos pone alertas para poder enfrentar los actuales retos y las tareas históricas. Quien sólo se limite a la pura crítica política no logrará aportar al desafío de entender y superar esta crisis. Esta matriz cultural profunda en crisis nos habita en nuestras actitudes, nuestras inconciencias, nuestras formas de mirar y pensar. Por eso nuestras “Palabras Claves” de la metodología son un medio para tomar conciencia de esa matriz, para luego encararla y lograr desarrollar nuevas formas.

En ese proceso entran en escena las dos primeras de nuestras Palabras claves: “Reflexión” y “Seriedad”. Ambas son el punto de partida imprescindible, como esfuerzo permanente y profundo de autoconciencia. Sin ellas y lo que implican, los resultados de nuestros esfuerzos y actividades serán inevitablemente muy limitados.

Se trata del planteamiento de una ruptura cultural, tanto individual como colectiva. Ese quiebre debemos adoptarlo como punto de partida para ir descubriendo estas expresiones internas de lo que queremos y creemos que se debe cambiar.

Participación

Palabra Clave remite en nuestra metodología al indispensable componente de inclusión, de conjunto, de totalidad, de colectividad, de comunidad. Hablamos de “Participación” en dos sentidos:

- Formal, a través de mecanismos que impulsen la participación en todos los momentos del proceso y con condiciones equitativas de todos/as.

- Actitudinal, a través de una disposición individual y grupal que genere respeto e incorporación de todas las ideas en los debates.

La idea es establecer métodos y “ambientes” que eviten el silencio de algunos/as frente a la participación reiterada de otros/as. Ello se debe provocar y facilitar conciente y explícitamente a través de un método. Así, se requiere crear condiciones y dinámicas preestablecidas que primero impulsen la manifestación de todas las voces y luego faciliten su registro.

Unidad en la diversidad, complementariedad de la diferencia

Culturalmente existe una tendencia a que nuestras propias ideas se nos aparezcan con “naturalidad” como “correctas” y/o “verdaderas”. Ello nos predispone a definir las que no coinciden con ellas como “erradas”, “falsas” o al menos “sospechosas”.

Esa “naturalidad” falsa y engañosa de la “verdad” de nuestras propias ideas nos impide o estorba en la aceptación de lo diferente. La paradoja que hay detrás de ello es que esas otras estructuras están de igual modo determinadas culturalmente. Por ende, en principio, tendrían tanta legitimidad como las propias. Todos/as y cada uno/a de nosotros está necesariamente influido en diversos grados por su cultura, su medio social y su historia de vida individual. Ser conciente de esas influencias es la base fundamental para un auténtico respeto de lo diferente y para poder visualizar elementos que pueden contribuir positivamente a las concepciones propias.

El mero hecho de tener un “discurso” de respeto a la diferencia, no tendrá un soporte real sin que esté acompañado de esa autoconciencia. Más bien “encubrirá” esa carencia. La consecuencia más visible de lo anterior es creer que nuestros intereses o trabajo (migraciones, cultura, preuniversitarios, propuesta política, etc.) “es lo más importante”. De donde los demás deberían reconocerlo como prioritario y de no hacerlo estarán evidentemente “errados”. Actitud que entorpece sino niega cualquier encuentro de diálogo. Debemos entender que la diferencia no sólo es inevitable, sino enriquecedora cuando captamos que es complementaria, es un aporte a nuevas síntesis.

Capacidad de aprender

En un proceso de encuentro y diálogo, no basta con la aceptación de la diversidad y de la complementación de la diferencia. Como ya se señaló, aceptar estas premisas sólo a nivel discursivo no contribuye a un proceso de ese tipo. El paso necesario es internalizar esta actitud para ser capaces de aceptar nuevas ideas y adaptarse a nuevos contextos.

Para tal requerimiento es básico asumir la obviedad de que siempre se es ignorante en ciertos aspectos y materias, y siempre se puede recibir enseñanzas de cualquier persona. A su vez, debe tenerse la capacidad de ser flexibles ante nuevas experiencias, métodos, condiciones, saberes, etc., y ser capaces de utilizarlos.

La memoria o lo ya sabido son importantes, más aún imprescindibles

Si nuestros conocimientos se convierten en una barrera para abrirnos a lo nuevo, si hacemos del pasado camisa de fuerza para entender el presente, se vuelven perjudiciales. Para superar tal situación es necesario reflexionar críticamente sobre la “Cultura de la certeza” en que estamos acostumbrados a pensar y actuar. Es casi evidente que la incertidumbre nos resulte incómoda, el problema es que en la urgencia terminemos asumiendo “certezas” erradas o de hecho falsas.

Cuando opinamos nos resulta difícil manifestar nuestras incertidumbres, partimos de lo sabido. He ahí una gran paradoja: si lo sabemos todo, o al menos lo necesario, ¿cómo entonces son tantas las carencias todavía para lograr los objetivos que se proponen? Por eso necesitamos una cultura donde se acepte la incertidumbre o un conocimiento flexible. Pero no para cristalizar la incerteza como fin en sí. El punto es realizar el constante ejercicio de contrastarla y corregirla con la realidad, tomando en cuenta su aporte a nuestros objetivos. El conocimiento es un proceso, no un acto cerrado. Como la realidad es un proceso complejo y dinámico, mejor que “definir” es “convenir”: precisar acuerdos sobre las cosas, pero que son provisorios en tanto son perfectibles. Al contrastar constantemente estas convenciones con la realidad, se instaura el conocimiento como proceso.

Proceso, acumulación útil

El llamado “cortoplacismo” alude a la incapacidad de sostener con paciencia esfuerzos complejos y extendidos en el tiempo. Ello incluye la incapacidad de afrontar las dificultades, frustraciones y fracasos, que inevitablemente se van presentando a lo largo de ese proceso. Para superar esta postura es imprescindible construir un registro sistemático y claro que haga visible y útil las experiencias y reflexiones, convirtiendo éstas en un “acumulado” valioso. En nuestro caso, para el proceso mismo de la Asamblea; como para el intercambio, cooperación y articulación con otros procesos similares en desarrollo.



III.- TRADUCCIÓN TÉCNICA

Para que estos objetivos operen al interior de nuestro Proceso de Asamblea Regional, necesitamos traducirlos a “técnicas”, es decir, modelos estandarizados de cómo realizar acciones y reflexiones. Apuntaremos aquí los más esenciales de ellos, entendiéndolos siempre como un punto de partida a enriquecer y corregir de acuerdo a la práctica y el criterio de mejor lograr los objetivos del proceso.

El estudio, reflexión e incorporación de estos instrumentos técnicos son imprescindibles para darle unidad y poder conservar las experiencias y opiniones del proceso de Asamblea. Por tanto, todos/as y cada uno/a debe incorporarlos y constituir así una comunidad de herramientas metodológicas.

Ello, al mismo tiempo, es un signo de identidad con el proceso y también parte del cumplimiento de una necesidad fundamental: desarrollar un acumulado de ideas, diagnósticos, propuestas y experiencias comunes que nos constituyen como comunidad y dan base al proceso de la Asamblea.


III.1. Tres líneas estratégicas esenciales

Si la Asamblea regional ciudadana es un proceso —un caminar y un construir de largo plazo— se hace necesario un “hilo conductor”, un mapa o cartografía del itinerario del recorrido. Este registro acumulado nos permitirá mirar atrás para comprender la actual etapa, vislumbrar hacia dónde vamos y qué caminos tomar. Para responder a estas necesidades hemos definido tres líneas esenciales estratégicas, a las cuales dar seguimiento sistemático a través del registro documental de la trayectoria de la Asamblea y sus debates.

a) Cartografía del recorrido y proceso de construcción:

Se trata de un documento donde se registran, de modo cronológico y temático, los hitos del proceso de Asamblea.

Cada hito es además desarrollado como descripción de las experiencias y los contenidos esenciales vividos y expuestos allí, ordenados por su carácter (Descripción del desarrollo de actividades, Diagnósticos, Propuestas, Acuerdos, Desacuerdos).

Es un mapa de las líneas generales de acción, experiencias, discusión, temas e ideas.

Debe incluir las etapas del proceso, tanto general, como por región, país, y localidad.

Su instrumento fundamental, aunque no único, es el “Documento Gráfico” (esquema) y el Registro escrito (descriptivo).

b) Articulación de memoria individual y colectiva:

Se trata de un registro acumulado (memoria) de las discusiones e intercambios, en lo temático, los contenidos, las ideas, los discursos, percepciones y construcciones simbólicas. En este registro se distinguirá y complementará analíticamente lo personal de lo colectivo.

Debe generar por resultado un acumulado documental que permita describir y encontrar con exactitud los aportes personales y los colectivos a lo largo del proceso. De esa manera, permitirá conservar todas las memorias que conforman el proceso de Asamblea y entender su dinámica de interacción.

Su Instrumentos fundamentales, aunque no necesariamente únicos, son los de tipo “Registro Documental” (escritos, audiovisuales).

c) Síntesis y flujo colectivo de aportes:

Esta línea esencial puede entenderse como una suerte de “vaso comunicante”, un flujo de “ida y vuelta” desde y hacia todos los participantes del proceso de Asamblea. Pero mediado por la reflexión de síntesis de lo común. Es prácticamente, la vía permanente donde se cruzan todos los aportes, y por medio de la lectura transversal se alcanza una síntesis que es re apropiada por el conjunto total.

Sus instrumentos principales, aunque no necesariamente únicos, son los de tipo “Registro Documental” (escritos, audiovisuales).


III.2. Instrumentos documentales

Los instrumentos documentales, hacen alusión a todas las formas y técnicas que permiten dejar registro ordenado y sistemático de información. Presentamos algunos de los más esenciales, útiles y recurridos, bajo el entendido de que ellos no agotan todas las posibilidades de encontrar o crear otros. Ni tampoco de realizar combinaciones de dos o más instrumentos o componentes de ellos, según la necesidad y utilidad a los objetivos de cada momento del proceso.

a) Ficha: texto de extensión variable aunque en lo posible no superior a 10 páginas, que aborda un tema específico señalado en su título. Siempre con el criterio de que sea esencial, claro y útil a las reflexiones y discusiones en marcha del proceso de Asamblea.

b) Informe: relato descriptivo, preciso, ordenado y sistemático de las actividades que son parte de la Asamblea. Su función principal es informar a todos/as los participantes e interesados/as lo ocurrido en la actividad que se informa, así como el balance y perspectiva de la experiencia. Debe ser claro, detallado y desarrollado cronológicamente.

c) Cuaderno de propuestas: compilación ordenada y sistemática de las ideas y reflexiones programáticas. Es decir, cuyo carácter y sentido se define por el significado esencial de señalar acciones y soluciones a determinados problemas. Estas “propuestas” deben ordenarse, de acuerdo a las afinidades temáticas a las que refieren. También debe incluir una presentación y síntesis que las enmarque, contextualice y explique, tomando en cuenta sus justificaciones, viabilidades y el contexto en que son hechas.

d) El artículo: escrito de extensión variable aunque en lo posible no superior a las 6 páginas, centrado en un tema específico a determinar por las necesidades del momento de la asamblea, y desarrollado de manera asequible y esencial. Su finalidad suele ser la de informar muy generalmente, motivar, o enriquecer una reflexión. Suele realizarse para difusión general a través de medios de comunicación: periódicos, páginas web, etc. O para exponer ideas y experiencias como parte de un debate o reflexión en marcha.

e) El registro gráfico: elaboración de esquemas por medio de cuadros y flechas para ordenar la información. Por ejemplo, cronológica o de líneas temáticas ordenadas por afinidad, complementariedad u oposición de significados y sentidos. O de gráficos cuantitativos que informan de cantidades, porcentajes, etc., clasificados según variables determinadas. Su finalidad es informar en forma ordenada y concreta.

f) El registro audiovisual: grabación y registro de fotos, videos u otras formas de imágenes y sonidos con la finalidad de consulta posterior. Para ser útil deben realizarse bajo cuatro criterios:
i.- oportunidad: cuando sea realmente necesario, útil y posible usar este tipo de registro y no otro.
ii.- síntesis: en tiempos manejables, no demasiado extensos.
iii.- calidad: que la nitidez de imagen y sonido sea lo más óptima posible para facilitar el punto iv.- y no malgastar recursos en un material inútil.
iv.- edición: ojalá ser trabajados en productos finales editados como resúmenes fáciles de difundir y usar.


III.3. Instrumentos de Actividades

Se trata de las formas y técnicas en que podemos desarrollar las actividades mismas que conforman el proceso de Asamblea. Son las fuentes primarias donde se produce y realizan las experiencias que dan vida al proceso mismo que llamamos “Asamblea”.

a) Los intercambios en red: comunicaciones bi o multilaterales entre las personas y organizaciones miembros de la Asamblea, que conforman el flujo permanente y colectivo del proceso. Ella puede ser telefónica o virtual, a través de conversaciones o por medio de documentos escritos.

Aunque tienden a ser improvisados y referidos a asuntos puntuales y prácticos, también suelen usarse para el desarrollo de discusiones y debates, tanto organizativos como de reflexión. En cualquier caso, a través de ellos se juega buena parte de la construcción y el caminar colectivos, por lo que resulta necesario el esfuerzo por hacerlos sistemáticos, es decir, ordenados y formales.

Conviene ajustarlos al siguiente formato esencial:

i.- Destinatario(os/as) y Emisor(es/as) claramente identificados, como encabezado.
ii.- Título de la comunicación, señalando esencialmente el(los) asunto(s) central(es).
iii.- La exposición clara y ordenada de las ideas o puntos, en lo posible a través de su numeración y listado, por orden de importancia, generalidad y afinidad.
iv.- Señalamiento claro de las respuestas esperadas (expectativa, responsabilidad, etc.).

Conviene dejar un registro y, si es pertinente e importante para el proceso, incluir un resumen o síntesis de ellas como parte de los Informes de experiencias.

b) Los encuentros: instancias en que dos o más personas y organizaciones confortantes del proceso de Asamblea se reúnen con el claro objetivo de realizar un programa de acciones y reflexiones colectivo y conjunto.

Además de cuidar sus aspectos logísticos y organizativos (recursos, orden, coordinación y programación, responsabilidades, etc.), deben incluir un claro, pertinente y útil programa de actividades y una metodología adecuada y eficiente. Ello hará que el encuentro sea realmente enriquecedor y signifique un importante avance del proceso de Asamblea.

c) Dinámica de los encuentros: usualmente, la dinámica propia de los Encuentros está dada por actividades diversas cuyo listado y caracterización esencial exponemos a continuación. A saber:

- Sesión de apertura general, donde se dan las líneas generales del Encuentro. Puede incluir además, charla exposición, foro panel, o Sesión Plenaria. Luego, sigue el trabajo de Talleres.

Taller:

- Grupo de trabajo colectivo formado de acuerdo al interés temático, la pertenencia territorial, la combinación de personas y organizaciones o al azar.

- Estos Grupos trabajan por medios de “Rondas plenarias”, es decir, el uso de la palabra con tiempos iguales a absolutamente todos/as sus miembros al menos una vez. Luego se realiza una segunda ronda a mano alzada dando la palabra a quienes la piden; se puede realizar también una segunda ronda de intervenciones.

- Cada Grupo Taller cuenta con un Conductor/a o Coordinador/a (ver ítem más adelante) y con un Secretario/a que toma nota de las intervenciones y debates, y después elabora una síntesis esencial y esquemática.

- Esas síntesis son presentadas por un/a o unos/as representante/s de cada Grupo Taller a las Asambleas Plenarias de todos los talleres que siguen al trabajo de grupos.

- Los temas de género y de integración regional suelen ser transversales.

d) La Sesión Plenaria: instancia donde se reúnen y participan todos/as los miembros presentes en una actividad. Normalmente, sentados (ojalá, en círculo) en una misma sala y en torno a un coordinador(a) o mesa de coordinadores(as).

Su objetivo es provocar, facilitar y registrar la palabra de todos/as los presentes de acuerdo al o los temas previamente establecidos. Para ello es crucial el manejo del tiempo de manera que sea repartido equitativamente y el uso de los principios de pertinencia, saturación y no redundancia.

Suelen iniciarse con la exposición de las síntesis de los Grupo talleres. Y deben terminar con una síntesis muy esencial por parte de la mesa coordinadora y el compromiso de hacer llegar posteriormente a todos/as los/as asistentes, los registros de los debates y las conclusiones. A lo que evidentemente debe seguir ese efectivo envío.


* Los conceptos “Taller” y “Sesión Plenaria” se constituyen en un eje transversal que atravesará esencialmente el proceso de “Asamblea”, dado que es en esas instancias, más que en ninguna otras, que se desarrollan intencionadamente en forma colectiva procesos de percepción, interpretación, construcción simbólica y reconstrucción reflexiva.

En ellos, esencial y crucialmente, se desarrollan en la práctica las competencias interpretativas, argumentativas y propositivas, que son el fundamento de la “ciudadanía” y la “sociedad civil” cuya construcción es nuestro principal objetivo como Asamblea.

En ellos se desarrollarán varios ámbitos y momentos:

- El de la sensación (percepción) que apunta a un núcleo de sensibilización y experimentación.
- El de la actividad (interpretación) que refiere a las diversas formas de conversación, intercambio y juego de esas percepciones.
- El propositivo (reconstrucción reflexiva) que se presenta como conector y garantía de continuidad de un proceso de creación activa. Este tiene como horizonte un proceso que no presenta conclusiones sino continuidades.

f) Charla exposición: exposición por parte de un/a expositor/a pertinente o importante para el proceso sobre un tema determinado y específico. En lo ideal no superior a 20 minutos.

Su finalidad es entregar información y reflexión no conocidos por todos/as como insumos para los debates posteriores.

Puede contar con el complemento de medios computacionales o audiovisuales, etc.

Siempre es bueno que sea participativa, es decir, con intervenciones (preguntas, aportes, etc.) de todos/as los/as asistentes.

e) El foro panel: mesa formada por un número variable de personas que exponen y debaten sobre algún tema determinado considerado importante para el proceso de la Asamblea. Se debe cuidar siempre el criterio de brevedad del tiempo.

Se rige por las mismas formas y criterios de la Charla exposición, con la diferencia que busca mostrar la diversidad de perspectivas en este tema.

d) Actividades artístico-culturales: actividades no necesariamente estructuradas y de carácter lúdico, en esencia de tipo artísticas: carnavales, sesiones de música, obras teatrales, poesía, exposición de fotos, videos, pintura, escultura, etc.

e) Actividades informales de interacción: actividades de carácter más libre y lúdico, recreativas y no formalizadas de interacción entre los/as participantes de un Encuentro: bailes, conversaciones, paseos, almuerzos y cenas, etc.


III.4. Rol y función de los conductores y coordinadores

Todo el andamiaje metodológico hasta aquí descrito descansa sobre un componente decisivo: el rol y función bien definido de los “Coordinadores” o “Conductores” de las dinámicas, trabajos y debates.

Sin olvidar que el desarrollo metodológico es tarea de todos los y las participantes, concretamente sobre la labor de aquellos se juega la eficiencia y utilidad de las actividades colectivas.

Su característica principal es su esfuerzo adicional de “suspender” las propias convicciones y sentimientos para tratar por igual las de los demás. En lo posible deben renunciar a intervenir en los debates con sus propias convicciones. De hecho es pertinente que ni siquiera realizar gestos o exclamaciones que puedan interpretarse como “parcialidad” e inhibir la participación de algunos/as.

Es crucial que hagan un uso de la distribución de los tiempos igualitariamente y estrictamente, desarrollando la habilidad para hacerlo, sin molestar o inhibir a nadie.

Respecto de los temas y contenidos, deben desarrollar la habilidad de saber mantener las intervenciones dentro del tema en cuestión sin molestar ni inhibir a nadie. Si alguien se alejara demasiado del tema central debe “atraérsele de vuelta al tema” con una pregunta u otra forma que sea amable pero efectiva. Esto es el principio de “pertinencia”.

Lo mismo debe hacerse cuando los dichos se repiten demasiado, para que se vayan generando nuevos aportes. Este es el principio de “saturación y no redundancia”.



VI.- VISIBILIZACIÓN Y DIFUSIÓN

Finalmente, nos referimos al ámbito que está más allá de lo interno de nuestro proceso de Asamblea. Se trata de cómo nuestro proceso interactúa, dialoga y convoca a la generalidad de los pueblos y ciudadanos/as del Cono Sur y a otros pueblos del mundo. Es decir, cómo dar una visibilidad al proceso y publicar su memoria, sus contenidos.

a) Sitio WEB Asamblea Regional de Ciudadanos/as: elaboración de una página web donde puedan acumularse y difundirse todos los productos, insumos (documentos, videos, etc.) e informaciones de la Asamblea. Puede incluir un “Foro Virtual” (grupo-e), donde todos/as los miembros e interesados/as mantengan un permanente diálogo colectivo.

b) Difusión en medios: se deberá intentar lograr a través de artículos, reportajes, declaraciones, cartas, etc., enviados a diversos medios (periódicos, páginas web, TV, etc.) o producidos por éstos directamente. Para esto último deberá contarse con un/a encargado/a de comunicaciones o un grupo de personas.

c) Articulación con otros procesos e iniciativas: se buscará la interacción con otras iniciativas o procesos similares a la Asamblea. Especialmente de la región, pero también de otras partes del mundo. Par ello se utilizarán todos los medios posibles, especialmente de articulaciones para la acción conjunta y del intercambio de las reflexiones sistematizadas (diagnósticos, propuestas, etc.).

d) Publicaciones: elaboración y difusión pública de documentos que recojan sistemáticamente el acumulado de experiencias y reflexiones del proceso de Asamblea.
· Elaborado por el Área de Metodología de la “Asamblea Regional de Ciudadanos”. Diciembre de 2007.

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