Sudamérica es el nombre más consensuado y el oficial de la región que incluye los territorios desde el Río Bravo en México hasta Tierra del fuego, incluyendo centenares de pueblos indígenas con sus idiomas, una mayoría de países hispanohablantes y Brasil de habla portuguesa.
En la época pre hispánica, grandes civilizaciones originarias (la más antigua, Caral, datada hace 7.000 años atrás en Perú) compartieron el espacio continental con innumerables pueblos indígenas de diversa formación comunal, étnica y cultural. Durante la época colonial, y tras los procesos de genocidio indígena y afro descendiente, el único período de 60 años de unificación político administrativa de toda Sudamérica, incluyendo a Brasil, fue entre los años 1580 y 1640, bajo el reinado de una misma monarquía europea: Los Habsburgo, cuando Felipe II de España fue simultáneamente Felipe I de Portugal. Le siguieron tres Felipes más, sucesores con las dos coronas, de Portugal y de Castilla, sobre los territorios de Brasil y la demás Sudamérica en su conjunto.
Llegada la independencia, desde el precursor Francisco Miranda existe la inclusión de Brasil en el proyecto de lucha: “Valientes ciudadanos de Brasil -¡Levantaos! Escuchad la voz de la libertad…levantémonos todos a una y unámonos como hermanos… uníos de manos y de corazones en la gloriosa causa…” (Proclama de Coro. 1806). Sin embargo, el derrotero brasileño a la independencia, será único y diferente, separándolo una vez más del resto de las repúblicas.
Al Congreso de Unidad Continental programado por el Libertador, fueron invitados delegados brasileños por el presidente colombiano Francisco Santander, contra los deseos de Bolívar, que apuntaba a conseguir un núcleo menor, pero real, de repúblicas confederadas, pero no asistieron.
El gran precursor argentino Bautista Alberdi, que en 1843 publicó en Chile su obra “Sobre la conveniencia y objetos de un Congreso General Americano”, será uno de los permanentes propagadores de la idea Sudamericana, que se opuso a la “guerra de la triple alianza” de 1865, en que Brasil, Argentina y Uruguay, digitados por Inglaterra, arrasaron, matando a dos tercios de la población, el Paraguay del mariscal Francisco Solano, único que mantenía un proyecto de desarrollo nacional independiente y pujante, de orientación popular.
Tras la segunda guerra mundial, el “proteccionismo” y el “desarrollo hacia adentro” con “sustitución de importaciones” son una necesidad impuesta por las circunstancias en toda la región. En Argentina, surge el plan económico financiero presentado por el ministro de Hacienda Federico Pinedo a finales de 1940, en respuesta a la crisis de la Segunda Guerra Mundial. En él se incluye una “unión aduanera” con los demás países de Sudamérica, la vieja idea de Bolívar pero incluyendo ahora a Brasil.
En 1935, el militar brasileño Mario Travassos escribió un libro fundante, “Proyección Continental de Brasil”. En él define a Sudamérica como el área de prioridad viable e imprescindible para articular el sueño de Bolívar. Su propuesta esencial es la necesidad de priorizar un espacio bien definido que sirva de eje viable, perfectamente posible a corto plazo, de núcleo básico necesario, a la unidad del subcontinente, la alianza argentino – brasileña, desarrollada por los gobiernos afines de Juan Perón en Argentina y Getulio Vargas en Brasil, ambos finalmente derrocados.
Aún así, lograron ser instaladas las ideas de “Sudamérica”, “Conferencia Sudamericana”, “Alianza Sudamericana”, “Mercado Común del Sur” y otras similares. En 1985, fueron retomadas, cuando los presidentes de Argentina y Brasil suscriben la “Declaración de Foz de Iguazú”, piedra basal del “Mercado Común del Sur (MERCOSUR)”, originado en las negociaciones del “Tratado de Asunción” de 1991, entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Más centrado inicialmente en las cuestiones comerciales y aduaneras, ha incorporado componentes de Derechos Humanos, sociolaborales y migratorios, a partir del “Protocolo de Ouro Preto”, Brasil, de 1994. En 2006, se integró como Estado miembro la República Bolivariana de Venezuela.
Además, tiene como “Estados asociados” a Bolivia (1996), Perú (2003), Colombia (2004) y Ecuador (2004). Los cuales forman, a su vez, la “Comunidada Andina de Naciones (CAN)”, el otro bloque subregional, originado primero como “Pacto Andino” en la firma del “Acuerdo de Cartagena” de 1969, del cual formaron parte y se retiraron Venezuela y Chile. Este último es Estado asociado en ambos bloques.
Por medio de la “Declaración del Cuzco”, emitida por la Tercera Cumbre Presidencial Sudamericana, el 8 de diciembre de 2.004, se ha declarado la voluntad política de los países sudamericanos de avanzar a una superior integración regional, a través de una progresiva convergencia de la CAN y el MERCOSUR. Ello ha sido reafirmado por los jefes de Estado en el año 2006, a través de la “Segunda Cumbre de la Comunidad Sudamericana de Naciones”, donde firmaron la “Declaración de Cochabamba”, ratificando su compromiso para continuar en la lucha por un nuevo modelo de integración para el siglo XXI, “sustentado en los principios de solidaridad, cooperación, soberanía, respeto, integridad territorial y autodeterminación de los pueblos; paz, democracia y pluralismo, derechos humanos y armonía con la naturaleza”. Es un paso que aún tiene que superar los escollos presentados por las múltiples intervenciones saboteadoras del poder fáctico norteamericano y las divisiones que agita. Tanto de hostilidades fronterizas históricas entre muchos países, como de discrepancias entre seguir el modelo “neoliberal” que dicta, a través de sus Tratados de Libre Comercio (TLC) o seguir un camino propio basado en los principios de la “Declaración de Cochabamba”.
La integración del MERCOSUR, con un Producto Bruto Interno de 1.000 billones de dólares y la CAN, más Chile, haría de la “Comunidad Sudamericana de Naciones” una potencia mundial. Entregando la base material que hace viable la soberanía de sus pueblos para construir su propio destino, con justicia e inclusión. Doce países con 370 millones de habitantes, cerca del 67% de toda la América latina y el equivalente al 6% de la población mundial, mayor que la de Estados Unidos, con alrededor de 300 millones. Su territorio, cerca de 17 millones de kilómetros cuadrados, es casi el doble del territorio estadounidense, con un poco más de 9 millones seiscientos mil. Posee integración cultural básica común: historia, lenguajes, religión, intereses. Y una de las mayores reservas de agua dulce y biodiversidad del mundo. Inmensas riquezas energéticas, petróleo, gas, minerales, pesca y agricultura. Con una más que suficiente masa crítica de intelectualidad, profesionales, técnicos y mano de obra creativa.
Diálogos por la Paz
Como herencia de la “guerra fría” del siglo XX, el siglo XXI está minado por la existencia y, pero aún, la proliferación de Armas de Destrucción Masivas (ADM), tanto nucleares, como químicas, biológicas y medioambientales. La devastación que éstas entrañan, agregan un claro componente suicida para la especie y el planeta en su conjunto, a la tradicional ambición material y de poder que estuvo siempre a la base de su creación y uso. Al mismo tiempo, la creciente exclusión, subordinación hegemónica, incomprensión cultural y falta generalizada de diálogo se extienden por todo el planeta, trayendo nuevos temores y amenazas, tales como el terrorismo, el guerrerrismo, las disputas y conflictos por recursos naturales y energéticos, por rechazos culturales, etc.
Lamentablemente, un pensamiento hegemónico, irradiado por la (pre)potencia militar y política del gobierno de Estados Unidos, en manos de los intereses de su poderoso complejo militar industrial, extiende al mundo entero y particularmente a nuestra región una “política de seguridad” que, contradictoriamente aumenta las amenazas y riesgos, acrecienta la carrera armamentista y pretende incluso un improbable monopolio de las Armas de Destrucción Masiva para sí y sus aliados.
Frente a escenario muy esencialmente descrito, es urgente formular un pensamiento alternativo, basado en diálogos francos, abiertos y amplios por la Paz, que permita construir como eje central la cooperación y solidaridad, el intercambio justo y el bien común como ejes de un orden internacional con Paz sustentable, que reduzca efectivamente, en esa misma dinámica de cooperación y diálogo, los motivos de hostilidad.
Es decir, un proceso y flujo permanente de diálogos que permita construir condiciones para la Paz. Que imponga la suscripción y el cumplimiento multilateral de los instrumentos internacionales existentes, tales como el “Tratado Integral de prohibición de Pruebas Nucleares” y el “Convenio de Armas Biológicas” de Naciones Unidas, y la reducción de las centenares de bases militares y tropas extranjeras extendidas y crecientes en el mundo, especialmente en Sudamérica en torno al Amazonas, generando más animosidad y violencia.
En nuestra región, igualmente, urgen nuevas miradas, enfoques y reflexiones que abran las perspectivas a la lucha contra la pobreza y por el bienestar de las mayorías, en unidad y cooperación, superando discursos belicistas, chauvinismos generadores de odiosidades y rechazos y carreras armamentistas. Ello permitiría destinar esos cuantiosos recursos (el presupuesto anual de UNICEF para la infancia mundial es igual al precio de sólo 4 aviones f-15) al desarrollo y equidad social, bases asimismo de la Paz.
Incorporando decisivamente la Paz como un bien inestimable de los pueblos y las estrategias de desarrollo, a través de múltiples y extendidos diálogos regionales, aportaremos desde la Cátedra de Integración Regional Sudamericana, a la reducción de las dificultades y bloqueos y fortaleceremos las nuevas tendencias emergentes hacia la Paz con justicia social e integración para el bien común.
II.- DESCRIPCIÓN DE LA CÁTEDRA
1. Soporte institucional: La Cátedra es impartida institucionalmente por la Universidad ARCIS de Chile. Con el apoyo de la Sede en Santiago de la Universidad de Los Lagos en el mismo país.
2. Cuerpo Académico: Docentes, investigadores, Centros de Estudio e Investigación, multidisciplinarios, especializados en integración regional sudamericana, de diversos países sudamericanos (como mínimo, Argentina, Chile, Bolivia, Perú).
3. Duración: 64 horas pedagógicas. 24horas presenciales. 40 horas a distancia.
4. Actividades: a) Docentes. b) De Investigación. c) Publicaciones. d) De extensión.
5. Metodología: a) Clases expositivas participativas. b) Estudio de materiales escritos y audiovisuales. c) Talleres grupales. d) Actividades prácticas y de extensión. e) Seminarios. d) Desarrollo de una Tesina investigación.
5. Grado académico: Diploma en Estudios de Integración Regional Sudamericana.
6. Duración del ciclo del Diplomado: Cinco (5) meses.
III.- PROGRAMA
1. Identidad y pensamientos regionales
La tensión entre Diversidad y Comunidad en la Identidad Sudamericana.
Desarrollo y complejidad de las identidades regionales sudamericanas (América, Colombia, Nuestra América, Mestizo América, Indo América, América Latina, Hispanoamérica, Sudamérica, etc.)
Pensamientos regionales (Bolivarianos, Cepalinos, Teóricos de la Dependencia, Guevaristas, Teólogos de la liberación, Educadores populares, Indigenistas, etc.)
2. Memorias históricas de la Integración Regional Sudamericana
Experiencias Prehispánicas (Abya Yala, Pachamama, Tahuantinsuyo, etc.);
Proyectos independentistas (Los Quilombos, Tupac Amaru, Miranda, San Martín, Bolívar, etc.);
Proyectos panamericanistas (OEA, etc.)
Proyectos antimperialistas (Bilbao, Alberdi, Samper, Arosemena, etc.);
Proyectos socialistas (OLAS, COR – CS, etc.)
3. Desarrollo de la institucionalidad regional
Desde el Congreso Anfictiónico de Panamá (1826) hasta la actual institucionalidad regional (MERCOSUR, CAN, CSD).
ALCA / ALBA
4. Articulación con otros procesos de integración regional ampliada y global
Ibero América, Asia Pacífico, Comunidad Europea, No alineados, etc.
5. Diálogos por una Integración por la Paz
Reseña y análisis de los conflictos y carreras armamentistas intra regionales.
Pensamiento militar de las FF.AA para una integración regional para la paz y el desarrollo.
6. El Amazonas
Historia, significación y valor del Amazonas
La crucial reserva ambiental, de biodiversidad, agua dulce y energía.
Coca, narcotráfico, pueblos indígenas, militarización.
7. La construcción de una ciudadanía sudamericana
Los nuevos fenómenos migratorios intra regionales y la ciudadanía estatal nacional
Las legislaciones regionales en materia de ciudadanía
La ciudadanía regional en la institucionalidad regional.
8. Modelos de Gobernanza y rol de los pueblos en el proceso de integración
Dimensiones de la integración: política, económica, social, cultural y humana.
Actores estratégicos de la integración sudamericana: Pueblos indígenas, Mujeres, Jóvenes, Movimientos sociales y de trabajadores, Ambientalistas, Culturales, Migrantes, Académicos, Religiosos, Militares, Municipalidades y poder local, etc.
Redes y experiencias integracionistas de los movimientos sociales.
Experiencias prácticas comunitarias de la integración regional en lo cotidiano.
Hacia un modelo de Gobernanza regional sudamericana con participación protagónica de los pueblos.
IV.- OBJETIVOS
Objetivo general
Desarrollar un espacio académico de estudio, diálogo e intercambio reflexivo, colectivo y sistemático, sobre la integración regional sudamericana, como parte de una integración ampliada y global, que implique alimentar el conocimiento mutuo, la síntesis de saberes y reflexiones y la acción conjunta, como base de una integración regional ciudadana de nuevo tipo: cotidiana, viva, profunda, inclusiva, plural, justa, pacífica y solidaria,
Objetivos específicos
Desarrollar las actividades académicas del programa curricular, entregando el diploma a los estudiantes participantes de la Cátedra.
Ofrecer Cátedras abiertas a todo público durante el año lectivo de las universidades.
Realizar Escuelas Itinerantes con temáticas de la cátedra en diversos países de Sudamérica.
Elaborar y difundir una publicación anual, con los diversos aportes y reflexiones del cuerpo docente y los estudiantes investigadores, relacionadas a las temáticas de integración regional sudamericana de la Cátedra.
Realizar experiencias prácticas y de conocimiento en espacios comunitarios en donde se construye la integración desde lo cotidiano.
Constituir un Archivo Audiovisual con materiales temáticos sobre Integración Regional Sudamericana y otros temas relacionados.
Constituir una página web como soporte informático, de documentación, difusión y relacionamiento e intercambio de la Cátedra con otras entidades y experiencias centradas en la Integración Regional.
Elaborar un Informe – evaluación – sistematización final de la experiencia que facilite su conocimiento, difusión y eventual adaptación para ser replicada en otros espacios.